Presidente Manuel Zelaya dice desde el aire que le impiden aterrizar en Tegucigalpa; las fuerzas de seguridad matan dos de sus seguidores

Tegucigalpa.- El presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, dijo la noche de este domingo que el gobierno de facto impidió el aterrizaje de su avión en el aeropuerto de Tegucigalpa, al haber colocado unos vehículos en la pista. Zelaya dijo que consultará con los presidentes de Argentina, Ecuador, Venezuela y Argentina para coordinar su regreso a Honduras este lunes o el martes próximo. También pidió a las potencias y organismos internacionales presionar en contra del gobierno encabezado por Roberto Micheletti.
Zelaya aterrizó pasadas las 8:00 de la noche en Mangua, Nicargua, desde donde coordinaría su regreso a Honduras.
Mientras, cientos de manifestantes que se congregaron a las afueras del aeropuerto de Toncontín de Tegucigalpa para esperar el regreso de Zelaya se enfrentaron a los efectivos que custodian el aeropuerto. Según algunos medios, los enfrentamientos podrían haber dejado ya dos muertos y dos heridos, pero aún no hay confirmación oficial.
Los policías agrupados en la zona donde ocurrieron los enfrentamientos afirmaron que los choques se desataron porque los manifestantes quisieron entrar en la pista. Los choques se desataron en la parte sur del terminal aéreo, donde se espera en pocos minutos la llegada de Zelaya, quien partió al mediodía desde Washington.
Zelaya ha dicho, en conexión telefónica con la cadena Telesur, que impiden el aterrizaje de su avión en el aeropuerto de Tegucigalpa al haber colocado unos vehículos en las pistas. El presidente depuesto ha indicado que "de tener paracaídas saltaría yo mismo a la pista, pero lamentablemente no es así".
La multitud cubre el amplio tramo de un bulevar frente al aeropuerto internacional Toncontín, donde espera recibir al depuesto presidente una semana después de haber sido derrocado por los militares. El nuevo Gobierno ha advertido de que su vuelo no tiene autorización para aterrizar.
Tras pasar los retenes, los seguidores de Zelaya cantaron el himno nacional con el puño izquierdo levantado y, al transcurrir la marcha, los policías y militares prácticamente pasaron "de guardianes a espectadores", desde una orilla del bulevar y partes altas del sector.
Los manifestantes portan banderas de Honduras, del gobernante Partido Liberal y del minoritario partido Unificación Democrática (UD, izquierda), entre otras, así como fotografías de Zelaya y pancartas con consignas a favor del presidente depuesto.
Además, corean las antiguas consignas que Zelaya utilizó en su campaña para las elecciones que ganó en 2005: "¡Urge Mel!" y "¡Viene Mel!", o "Si éste es el pueblo, el pueblo dónde está".
'Bienvenido querido y legítimo presidente Mel'
En algunas pancartas se leen frase como "Golpe de Estado es una bofetada", "Retroceso a 30 años", "Bienvenido querido y legítimo presidente Mel", "Bienvenido señor presidente Manuel Zelaya" y "Fuera golpistas, queremos a Mel". Los manifestantes también lanzan fuertes críticas al cardenal Oscar Rodríguez, quien el sábado respaldó, en nombre de la Iglesia católica hondureña, el derrocamiento de Zelaya y le pidió a éste que no regrese al país para evitar "un baño de sangre".
Los dirigentes de la marcha, que ha transcurrido con orden, han insistido a sus seguidores que eviten la violencia, y estos últimos han llegado al extremo de aplaudir a los efectivos policiales y militares por haberles permitido el paso. Entre algunos manifestantes se vio a funcionarios del Gobierno de Zelaya, como el ministro de Cultura, Artes y Deportes, Rodolfo Pastor.
Con un equipo de megafonía instalado en un camión se anima a los participantes en la marcha y se difunde, entre otras, la canción "El jefe de jefes", del grupo musical mexicano Los Tigres del Norte, con cuyos integrantes Zelaya cantó hace unos meses en una visita que efectuaron los artistas a la Casa Presidencial. El aeropuerto capitalino sigue abierto al tráfico aéreo, aunque algunas aerolíneas han suspendido sus vuelos.
Zelaya viaja de regreso al país procedente de Washington, pero el nuevo Gobierno de Roberto Micheletti, quien le sustituyó el domingo pasado tras su derrocamiento, ha anunciado que no permitirá que aterrice su avión por "prudencia", entre otras razones.
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