
Sólo bastó saludar a un grupo de personas que aguardaban jugando al dominó el regreso de la energía eléctrica en el sector de Las Amapolas, para que éstos de inmediato sacaran de sus bolsillos facturas de las empresas distribuidoras, y expresaran a una sola voz sus quejas ante los prolongados apagones de las últimas semanas. “La luz se fue a las ocho de la mañana y volvió a las once y media, durando sólo 30 minutos, y llegó a las once de la noche para irse de nuevo”. Con su factura en mano Miguel Hernández, expresó que se les dificulta hacer las tareas del hogar o trabajar, pues asegura que no tienen suficientes ingresos para comprar un inversor o una planta para “aguantar la carga”. Agregó que “sólo nos queda coger calor y prender velas para alumbrarnos en la noche”. Un joven del sector San José, Rudiar Rodríguez dijo que “todo el barrio se pone en la acera en la noche a esperar la luz, porque nadie se acuesta con el calor que hace a esa hora”. Esa situación se repite en todo Monseñor Nouel, Piedra Blanca, Sonador, Bonaito y Maimón. Desde hace unas dos semanas. Los negociantes se quejan de que sus productos se les están dañando y las ventas son cada vez más bajas.
Comentarios