Por Juan Taveras Hernández

A ver, a ver, déjenme pensar… Denme tiempo. No es tan fácil. Además no tengo memoria de elefante. Es una tarea compleja y difícil. ¿Una obra importante del primero, 1996-2000? A ver, a ver. No me interrumpan, estoy pensando… Diablos, sí. La tengo. La obra más importante del gobierno de Leonel fue vender, a precio vil, las empresas del Estado. Sí, fue descomunal, tal vez la más grande de gobierno alguno.
El PLD dijo que en tres meses resolvería el problema de los apagones. Me acuerdo de don Juan Bosch sentado al centro y al lado Temístocles Montás y otros genios asegurándole al país que sólo precisaban de 90 días. Y como un acto de magia, se terminarían los apagones. Lo recuerdo. Pero tan pronto llegó el PLD al poder, vendió la Corporación Dominicana de Electricidad. La famosa CDE. ¿Por cuántos millones de dólares vendió el PLD la CDE? No sé ustedes, pero yo no me acuerdo. ¿Qué se hizo con el dinero? ¿Quién lo sabe? ¿Se acuerda alguien? Lo pregunto porque yo, francamente, no lo recuerdo.
Lo que sí recuerdo es que nos dijeron que la “capitalización” (bonito nombre para la mayor estafa contra el país), era la única solución. Pero los apagones se incrementaron, la tarifa, que el gobierno de Leonel dijo que no aumentaría, se disparó. La “capitalización” o “privatización” fue un desastre. Luego, el padre de esa política admite, con el mayor desparpajo, que fue un fracaso.
Pero también recuerdo que Molinos Dominicanos, una empresa del Estado, que siempre funcionó dejándole grandes beneficios al Estado y al pueblo, también le fue entregado al gran capital nacional e internacional.
Recuerdo, ¿cómo olvidarlo? al tristemente célebre Consejo Estatal del Azúcar (CEA) que también fue regalado al gran capital. Todos esos ingenios, que daban de comer a cientos de miles de trabajadores, fueron descuartizados, canibalizados por el primer gobierno de Leonel Fernández.
El Estado era fuerte, poderoso. Tenía capacidad para emplear a miles de dominicanos y dominicanas. Esas empresas, herencia del pueblo tras el ajusticiamiento de Trujillo, fueron regaladas. Al pueblo nadie le preguntó si quería vender o regalar ese patrimonio. Simplemente despojaron al pueblo de sus riquezas, lo cual se hizo, vale decirlo, con el apoyo de los legisladores del PRD.
¿Qué cosas recuerdo del primer gobierno del PLD? Recuerdo que el PLD llegó al poder tras una alianza rastrera, racista y canallesca que tenía como único propósito impedir que un hombre bueno, honrado y capaz como Peña Gómez se convirtiera en presidente de la República. Eso no lo puedo olvidar.
¿Qué cosas recuerdo del primer gobierno del PLD? Recuerdo que la mayoría de sus dirigentes eran pobres, sin apellidos sonoros, sin prosapia, sin abolengo y sin fortunas.
Gente común y corriente. Y en apenas cuatro años saltaron a la fama y la riqueza. Los que entraron en chancletas, salieron ricos, millonarios, convertidos en prósperos empresarios o en dirigentes políticos que jamás han dado un golpe ni de karate. No en balde el pueblo genialmente los bautizó como “Los Comesolos”.
¿Cómo olvidar los escándalos de corrupción? ¿Cómo olvidar que más del 90 por ciento de los dominicanos deseaban que los funcionarios, a todos los niveles fueran sometidos y metidos a la cárcel? Eso no lo puedo olvidar.
¿Qué obra importante recuerdo del primer gobierno del PLD? Es una tarea tan ardua y difícil recordar una sola obra importante, que hasta me duele la cabeza. Ya la tengo: Recuerdo dos. Sí, dos obras, dos en una, que sirvieron para enriquecer a casi todos los miembros, militantes y simpatizantes del PLD. El PEME Y PRODABA. Dos obras monumentales, dos en una. Un total de mil 450 millones de pesos del presupuesto nacional fueron distribuidos entre la gente del PLD y los tígueres de los barrios, porque, como dijera el presidente Fernández durante un discurso, “era mejor pagar que matar”. Palabra de Dios, te alabamos señor.
Ahora que hablo del PEME, que recibió más dinero que cuatro o cinco secretarias de Estado juntas, recuerdo otras obras importantes durante el primer gobierno del PLD.
¡Los túneles de la 27 de febrero! ¡Eso! ¡Yessss! ¡Siiii! ¡Hoy son tapones, mañana serán soluciones! Los recuerdo, por supuesto. Como también recuerdo una investigación realizada por una empresa extranjera que determinó que esos túneles, como casi todas las obras de la primera gestión del PLD, habían sido sobrevaluados en casi un 30 por ciento. Significa que si costaron mil o dos mil millones de pesos, para poner una cifra, 300 o 600 millones de pesos se perdieron en determinados bolsillos.
Otras obras importantes en Santo Domingo, Santiago, Puerto Plata, La Romana, Azua o cualquiera otra provincia, no las recuerdo. Lo que si recuerdo es que el presupuesto nacional fue centralizado en la capital y en los bolsillos de los funcionarios. Eso no lo olvido.
El PLD dijo que en tres meses resolvería el problema de los apagones. Me acuerdo de don Juan Bosch sentado al centro y al lado Temístocles Montás y otros genios asegurándole al país que sólo precisaban de 90 días. Y como un acto de magia, se terminarían los apagones. Lo recuerdo. Pero tan pronto llegó el PLD al poder, vendió la Corporación Dominicana de Electricidad. La famosa CDE. ¿Por cuántos millones de dólares vendió el PLD la CDE? No sé ustedes, pero yo no me acuerdo. ¿Qué se hizo con el dinero? ¿Quién lo sabe? ¿Se acuerda alguien? Lo pregunto porque yo, francamente, no lo recuerdo.
Lo que sí recuerdo es que nos dijeron que la “capitalización” (bonito nombre para la mayor estafa contra el país), era la única solución. Pero los apagones se incrementaron, la tarifa, que el gobierno de Leonel dijo que no aumentaría, se disparó. La “capitalización” o “privatización” fue un desastre. Luego, el padre de esa política admite, con el mayor desparpajo, que fue un fracaso.
Pero también recuerdo que Molinos Dominicanos, una empresa del Estado, que siempre funcionó dejándole grandes beneficios al Estado y al pueblo, también le fue entregado al gran capital nacional e internacional.
Recuerdo, ¿cómo olvidarlo? al tristemente célebre Consejo Estatal del Azúcar (CEA) que también fue regalado al gran capital. Todos esos ingenios, que daban de comer a cientos de miles de trabajadores, fueron descuartizados, canibalizados por el primer gobierno de Leonel Fernández.
El Estado era fuerte, poderoso. Tenía capacidad para emplear a miles de dominicanos y dominicanas. Esas empresas, herencia del pueblo tras el ajusticiamiento de Trujillo, fueron regaladas. Al pueblo nadie le preguntó si quería vender o regalar ese patrimonio. Simplemente despojaron al pueblo de sus riquezas, lo cual se hizo, vale decirlo, con el apoyo de los legisladores del PRD.
¿Qué cosas recuerdo del primer gobierno del PLD? Recuerdo que el PLD llegó al poder tras una alianza rastrera, racista y canallesca que tenía como único propósito impedir que un hombre bueno, honrado y capaz como Peña Gómez se convirtiera en presidente de la República. Eso no lo puedo olvidar.
¿Qué cosas recuerdo del primer gobierno del PLD? Recuerdo que la mayoría de sus dirigentes eran pobres, sin apellidos sonoros, sin prosapia, sin abolengo y sin fortunas.
Gente común y corriente. Y en apenas cuatro años saltaron a la fama y la riqueza. Los que entraron en chancletas, salieron ricos, millonarios, convertidos en prósperos empresarios o en dirigentes políticos que jamás han dado un golpe ni de karate. No en balde el pueblo genialmente los bautizó como “Los Comesolos”.
¿Cómo olvidar los escándalos de corrupción? ¿Cómo olvidar que más del 90 por ciento de los dominicanos deseaban que los funcionarios, a todos los niveles fueran sometidos y metidos a la cárcel? Eso no lo puedo olvidar.
¿Qué obra importante recuerdo del primer gobierno del PLD? Es una tarea tan ardua y difícil recordar una sola obra importante, que hasta me duele la cabeza. Ya la tengo: Recuerdo dos. Sí, dos obras, dos en una, que sirvieron para enriquecer a casi todos los miembros, militantes y simpatizantes del PLD. El PEME Y PRODABA. Dos obras monumentales, dos en una. Un total de mil 450 millones de pesos del presupuesto nacional fueron distribuidos entre la gente del PLD y los tígueres de los barrios, porque, como dijera el presidente Fernández durante un discurso, “era mejor pagar que matar”. Palabra de Dios, te alabamos señor.
Ahora que hablo del PEME, que recibió más dinero que cuatro o cinco secretarias de Estado juntas, recuerdo otras obras importantes durante el primer gobierno del PLD.
¡Los túneles de la 27 de febrero! ¡Eso! ¡Yessss! ¡Siiii! ¡Hoy son tapones, mañana serán soluciones! Los recuerdo, por supuesto. Como también recuerdo una investigación realizada por una empresa extranjera que determinó que esos túneles, como casi todas las obras de la primera gestión del PLD, habían sido sobrevaluados en casi un 30 por ciento. Significa que si costaron mil o dos mil millones de pesos, para poner una cifra, 300 o 600 millones de pesos se perdieron en determinados bolsillos.
Otras obras importantes en Santo Domingo, Santiago, Puerto Plata, La Romana, Azua o cualquiera otra provincia, no las recuerdo. Lo que si recuerdo es que el presupuesto nacional fue centralizado en la capital y en los bolsillos de los funcionarios. Eso no lo olvido.
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