
Nada que no se sepa o se haya dicho revela el informe del Departamento de Estado sobre la situación del narcotráfico en República Dominicana y Haití, incluido el dato sobre el incremento en el trasiego de cocaína y heroína desde Suramérica a La Hispaniola. El estudio rendido al Congreso de Estados Unidos reitera que los territorios de ambas naciones sirven de tránsito en la ruta de la droga hacia los mercados estadounidense y europeo. Ese informe, que sirve de base para que Washington condene o premie a otros países según crea que colabora o no con la lucha contra el narcotráfico, parece una copia del anterior, lo que indica que es poco lo que Estados Unidos hace para cortar o detener el activo corredor aéreo y marítimo en la zona del Caribe, usado por los cárteles suramericanos. A lo que se limita el informe de referencia es a señalar los puertos de trasbordo de la droga, sin admitir que la vigilancia en el área de trasiego ha sido descontinuada o sustancialmente disminuida. Las autoridades dominicanas deberían, sin embargo, poner atención a la parte de ese escrito que se refiere a corrupción y debilidad institucional como factores de auge aquí del narcotráfico.
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