Nota: Estas fotos la puse ya que un sin numero de personas de Bonao residente los Estados Unidos, España y Canada me la han pedido, asi es que estan complacidos
Por Tony Brito
BONAO.-Las investigaciones en torno a la muerte a tiros el pasado sábado 1 de este mes del sargento mayor de la Policía Nacional, Mario de Jesús Rosario Quezada, de 37 años de edad se mantiene en el limbo, los investigadores no han podido dar con los culpables y las indagatorias van avanzadas, según dijeron las autoridades policiales y judiciales, mientras que la sociedad de Bonao esta alarmada y espera de las autoridades policiales una respuesta de este caso. Hay cuatro personas detenidas, entre la que se encuentra Ana Victoria de Jesús González, de 21 años, quien recibió un disparo en la pierna derecha, era la joven con quien Rosario Quezada conversaba esa noche en la Banca de apuesta donde ocurrió el hecho. Los departamentos de Inteligencia delictiva y la Dirección de Investigaciones Criminales, que dirigen los coroneles Hugo Silva y Alejandro Mejía Morales y el fiscal adjunto, licenciado Isidro Fabián Beltre trabajan afanosamente día y noche para dar una respuesta a la sociedad. Se informó que se confeccionó un retrato hablado del posible Sicario, y una comisión de la Policía Científica recolectas evidencias en la escena del crimen para atar todos los cabos necesarios en las investigaciones. El sargento mayor Rosario Quezada recibió dos balazos, uno en el brazo derecho y otro en la cabeza que le hizo brotar la masa encefálica muriendo en el acto. La población pide al jefe de la Policía Nacional, mayor general Guillermo Guzmán Fermín a que esclarezca este caso que ha consternado a la población de Bonao. La muerte a balazos de Mario de Jesús Rosario Quezada, sargento de la Policía Nacional el pasado sábado en la noche es una tragedia que vuelve a sonar la alarma sobre la criminalidad y la delincuencia. El suceso indigna y conturba, máxime cuando ese policía era una persona muy noble, respetuosa y querida en la población. El reto que plantea este crimen salvaje no es sólo atrapar y someter a los culpables, sino enfrentar la atmósfera que genera la violencia y la criminalidad. Hay que dejarse de querer tapar el Sol con un dedo respecto al gravísimo problema de la delincuencia. La muerte de este Policía es un claro aviso sobre la inseguridad que gravita en la ciudadanía
BONAO.-Las investigaciones en torno a la muerte a tiros el pasado sábado 1 de este mes del sargento mayor de la Policía Nacional, Mario de Jesús Rosario Quezada, de 37 años de edad se mantiene en el limbo, los investigadores no han podido dar con los culpables y las indagatorias van avanzadas, según dijeron las autoridades policiales y judiciales, mientras que la sociedad de Bonao esta alarmada y espera de las autoridades policiales una respuesta de este caso. Hay cuatro personas detenidas, entre la que se encuentra Ana Victoria de Jesús González, de 21 años, quien recibió un disparo en la pierna derecha, era la joven con quien Rosario Quezada conversaba esa noche en la Banca de apuesta donde ocurrió el hecho. Los departamentos de Inteligencia delictiva y la Dirección de Investigaciones Criminales, que dirigen los coroneles Hugo Silva y Alejandro Mejía Morales y el fiscal adjunto, licenciado Isidro Fabián Beltre trabajan afanosamente día y noche para dar una respuesta a la sociedad. Se informó que se confeccionó un retrato hablado del posible Sicario, y una comisión de la Policía Científica recolectas evidencias en la escena del crimen para atar todos los cabos necesarios en las investigaciones. El sargento mayor Rosario Quezada recibió dos balazos, uno en el brazo derecho y otro en la cabeza que le hizo brotar la masa encefálica muriendo en el acto. La población pide al jefe de la Policía Nacional, mayor general Guillermo Guzmán Fermín a que esclarezca este caso que ha consternado a la población de Bonao. La muerte a balazos de Mario de Jesús Rosario Quezada, sargento de la Policía Nacional el pasado sábado en la noche es una tragedia que vuelve a sonar la alarma sobre la criminalidad y la delincuencia. El suceso indigna y conturba, máxime cuando ese policía era una persona muy noble, respetuosa y querida en la población. El reto que plantea este crimen salvaje no es sólo atrapar y someter a los culpables, sino enfrentar la atmósfera que genera la violencia y la criminalidad. Hay que dejarse de querer tapar el Sol con un dedo respecto al gravísimo problema de la delincuencia. La muerte de este Policía es un claro aviso sobre la inseguridad que gravita en la ciudadanía
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