

El Torito Héctor Acosta le ha comido los caramelos a los merengueros dominicanos, el éxito de un artista radica en ser humilde y dejar atrás el exhibionismo que tanto daño ha causado a quienes hacen vida pública desde diferentes escenarios de la vida y sobre todo no olvidar y tener siempre presente a quines en los momentos más dificiles de la vida le tendieron la mano amiga. El Jefrey quien durante un largo tiempo se encontraba fuera de la República Dominicana, regresó hace varios años causando una gran sensación entre un público que le seguìa en los años 80 y una nueva generación que gozó un mundo con la peculiaridad en intrepretar temas como "Mi tierra", "Cuentale a él" entre otros, ve su estrella su estrella apagar debido a que a su edad aún no ha asimilado la experiencia de que para ser artista hay que ser organizado.
El Torito ha apagado a los merengueros Sergio Vargas, Los Rosario, Eddy Herrera y a Villalona.
Es penoso que una pesona como el Jefrey, que hay que admitir tiene un gran torrente de talento, vea desvanecerse el éxito debdo a la desacertada estrategía de sus manejadores que sin preveer las consecuencias lo endiosaron y llegaron incluso a decirle que se convierta en una bocina pùblica para vociferar que "era el merengue" a tal punto de subestimar a artistas del genero que ya tienen su plataforma y son instituciones en la República Dominicana.
Exhibir casas de lujos, fincas, jeepetas, atuendos al último grito de la moda, prendas y otras tantas fantasías, que llaman la atención de los demás, es algo que el público no ha visto del todo bien en este muchacho que clama ser humilde y de venir de los estractos más necesitados de la sociedad.
Las constates peleas con manager, representantes y hasta con su propio hermano quien es sin lugar a dudas el eje central de su èxito, han provocado que su estrella deje de brillar y que poco a poco retorne al anoimato.
El Jefrey es uno de los tantos aristas malagradecidos al que la suerte le sonrie para darle una nueva oportunidad en la vida, la que no ha sabido aprovechar y aceptar con humildad, para creerse que es el rey Mida, endiosandose y olvidando a quienes en los momentos más dificles de su vida estuvieron presente para darle la mano y su solidaridad.
Lo del Jefrey, no es para sorprender esa es la caracterisitca de la mayoría de la gente que logra escalar peldaños en la vida, pero que al fín y al cabo el destino ha de cobrarle con crece su ingratitud. Es ahí una estrella apagada "El Jefrey".
El Torito ha apagado a los merengueros Sergio Vargas, Los Rosario, Eddy Herrera y a Villalona.
Es penoso que una pesona como el Jefrey, que hay que admitir tiene un gran torrente de talento, vea desvanecerse el éxito debdo a la desacertada estrategía de sus manejadores que sin preveer las consecuencias lo endiosaron y llegaron incluso a decirle que se convierta en una bocina pùblica para vociferar que "era el merengue" a tal punto de subestimar a artistas del genero que ya tienen su plataforma y son instituciones en la República Dominicana.
Exhibir casas de lujos, fincas, jeepetas, atuendos al último grito de la moda, prendas y otras tantas fantasías, que llaman la atención de los demás, es algo que el público no ha visto del todo bien en este muchacho que clama ser humilde y de venir de los estractos más necesitados de la sociedad.
Las constates peleas con manager, representantes y hasta con su propio hermano quien es sin lugar a dudas el eje central de su èxito, han provocado que su estrella deje de brillar y que poco a poco retorne al anoimato.
El Jefrey es uno de los tantos aristas malagradecidos al que la suerte le sonrie para darle una nueva oportunidad en la vida, la que no ha sabido aprovechar y aceptar con humildad, para creerse que es el rey Mida, endiosandose y olvidando a quienes en los momentos más dificles de su vida estuvieron presente para darle la mano y su solidaridad.
Lo del Jefrey, no es para sorprender esa es la caracterisitca de la mayoría de la gente que logra escalar peldaños en la vida, pero que al fín y al cabo el destino ha de cobrarle con crece su ingratitud. Es ahí una estrella apagada "El Jefrey".
Comentarios